Imagen del blog con el título “El Arte de la Traducción Literaria” destacado en el centro rodeando una gran A mayúscula decorada. Al fondo una foto de un libro abierto sobre una sábana en tonos claros. Centrado en la parte inferior, el logo de Lingua Int.

Traducir literatura

Una vez hemos hablado de traducción jurada, turística o localización web, ha llegado el momento de dedicarle un artículo a uno de los tipos de traducción más conocidos y de mayor vocación: la traducción literaria. Considerada por muchos como un arte, va mucho más allá de simplemente cambiar palabras de un idioma a otro; permite que las obras escritas alcancen a lectores de todo el mundo, trascendiendo barreras lingüísticas y culturales. 

La traducción literaria se remonta al siglo III a.C. con la traducción al griego de poemas épicos babilónicos. A lo largo de los siglos, las obras se han traducido debido a la falta de acceso a ciertos idiomas o por prohibiciones en determinados países. Con la llegada de la imprenta, la traducción literaria se popularizó, permitiendo el acceso a obras extranjeras. En el siglo XIX, las traducciones de clásicos europeos se volvieron comunes, facilitando intercambios culturales y lingüísticos y contribuyendo al desarrollo de varios idiomas.

La traducción literaria implica capturar no solo el significado, sino también la esencia, el estilo y las sutilezas del texto original para transmitir su mensaje de forma auténtica y efectiva en otro idioma. Cada traducción literaria es un acto creativo que requiere sensibilidad, un profundo conocimiento del idioma y una comprensión íntima del contexto cultural del autor. En este artículo vamos a explorar brevemente este arte, así como el invaluable trabajo de los traductores que nos permite disfrutar de la riqueza de la literatura mundial sin importar nuestras fronteras geográficas o lingüísticas.

Qué caracteriza la traducción literaria

La traducción literaria, a diferencia de otros tipos de traducción, como la técnica o la científica, se distingue por estar enfocada en la transmisión fiel de no solo las palabras, sino también el estilo, la voz y la intención del autor original; busca preservar la esencia creativa y estética de la obra, más allá de simplemente transferir información.

Cuando se traduce una obra literaria, ya sea una novela, poesía, teatro o ensayo, el objetivo principal es conservar los efectos emotivos y estilísticos de la obra del autor original; capturar la belleza poética, el humor, la ironía, la tensión o cualquier otro efecto intencional que tenga la obra en su versión original.

La mayor dificultad radica en que muchos de estos efectos son intrínsecos a la lengua y la cultura de origen y pueden no ser directamente transferibles a otro idioma. Un juego de palabras, una broma o las implicaciones sociales de ciertos actos pueden perder su efecto si se traducen literalmente a otra lengua. Las palabras y las referencias culturales necesitan adaptación, pero también la sintaxis puede requerir ajustes para mantener la fluidez narrativa y el impacto emocional deseado.

Los traductores literarios, los grandes olvidados

Para realizar una buena traducción se necesita un profundo conocimiento de las dos lenguas y culturas involucradas. Como hemos comentado en otros artículos, es crucial entender las sutilezas lingüísticas y culturales para interpretar adecuadamente cualquier texto original.

Sin embargo, además de las habilidades lingüísticas y culturales, un traductor o traductora literaria también necesita una considerable capacidad creativa propia. Esta capacidad es la que le permite recrear el texto de manera que mantenga su esencia y calidad literaria en el nuevo idioma. 

Este desafío es particularmente evidente en la poesía, donde las métricas y rimas siempre se transforman al traducir a otro idioma, de ahí que muchos consideren que la poesía es «intraducible». En prosa, los traductores literarios también se encuentran a menudo tomando decisiones creativas, como, por ejemplo, qué hacer con los nombres propios: ¿mantener el original o adaptarlo al idioma de destino?

Si has leído algún libro de la saga de Harry Potter te sonará el famoso colegio Hogwarts. En la versión en español del primer libro, traducido por Alicia Dellepiane, se decidió conservar el original del inglés, pero no fue así en la versión en francés de Jean-François Ménard, que optó por jugar con el significado de este neologismo creado por J. K. Rowling (en inglés, «hog» es ‘cerdo’ y «warts», ‘verruga’). Jean-François tradujo cada palabra literalmente, pero no estando satisfecho con el resultado inicial, transformó las verrugas en piojos y al cerdo en beicon: «Poux-de-lard», que finalmente se convirtió en Poudlard.

Como este hay miles de ejemplos, a los que se incluyen las figuras retóricas y juegos literarios, que constituyen otro gran desafío. Traducir estos elementos requiere no solo habilidades lingüísticas, sino también una comprensión profunda de la literatura y el contexto cultural, una gran sensibilidad literaria. Los traductores deben tomar decisiones difíciles para capturar la esencia y la intención del autor original, adaptándola a un nuevo contexto lingüístico y cultural. Esta complejidad hace que la traducción literaria sea una de las formas más desafiantes y gratificantes de traducción, donde cada obra es única y cada decisión afecta de alguna manera a la experiencia del lector final.

Pese a todo, la invisibilidad del traductor literario es una realidad persistente en el mundo editorial. A menudo, el trabajo del traductor pasa desapercibido para el lector, quien recibe y disfruta de la obra como si hubiera sido escrita originalmente en su idioma. Sin embargo, en los últimos años se está abogando por una mayor visibilidad y valoración de los traductores, y ya se ven en las librerías que sus nombres se han impreso en las portadas en vez de relegarlos a los créditos de las olvidadas páginas internas, por ejemplo.

Ejemplos destacados

La traducción literaria ha dejado una huella indeleble en la historia de la literatura mundial, gracias a traductores cuya labor ha trascendido las fronteras lingüísticas. Un ejemplo emblemático es la traducción al inglés de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, realizada por Gregory Rabassa, que introdujo la obra de García Márquez a un público internacional, contribuyendo así al boom de la literatura latinoamericana en el mundo angloparlante.

Otro ejemplo es la traducción al inglés de Anna Karenina, de León Tolstói, realizada por Constance Garnett a principios del siglo XX. Como ya vimos en el especial de marzo, Garnett no solo logró transmitir la complejidad emocional y la profundidad de la obra original, sino que también ayudó a consolidar la reputación de Tolstói como uno de los grandes escritores rusos en Occidente.

En la época más reciente, las traducciones de obras de Haruki Murakami del japonés al inglés, de Jay Rubin y Philip Gabriel, y al español, de Fernando Cordobés y Yoko Ogihara, han sido fundamentales para su éxito global. Estos traductores han sabido captar la peculiar voz narrativa de Murakami, llevando sus novelas a una audiencia internacional y destacando la importancia de una traducción cuidadosa para preservar la identidad literaria del autor.

En definitiva

La traducción literaria, por lo tanto, es un proceso altamente artístico que requiere sensibilidad, destreza lingüística y creatividad. Los traductores literarios son puentes entre culturas, permitiendo que las ideas y las historias viajen más allá de las barreras lingüísticas. Valorar y reconocer el trabajo de estos profesionales es fundamental para enriquecer nuestra experiencia como lectores y para promover un diálogo intercultural más profundo.

Si te gusta la literatura, desde Lingua te animamos a seguir disfrutando de la diversidad de la literatura mundial a través de las traducciones, que nos permiten ampliar nuestros horizontes y enriquecer nuestra visión del mundo. Y recuerda, la próxima vez que te adentres en las páginas de una obra traducida, no te olvides de dedicar unos segundos a agradecer el invaluable trabajo de la traductora o traductor que ha hecho posible que la disfrutes en tu lengua preferida.

En Lingua, comprendemos la importancia de preservar la integridad y el estilo de cada obra, garantizando una traducción fiel que capture la esencia del texto original en el idioma de destino. Ya sea que necesites traducir una novela, poesía, teatro o cualquier otro tipo de obra literaria, nuestro equipo de traductores expertos está aquí para ayudarte a llevar tu obra al mundo globalizado con precisión y calidad. Ponte en contacto con nosotros para comenzar tu proyecto de traducción literaria y descubre cómo podemos hacer que tu obra brille en nuevos horizontes lingüísticos.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *