Imagen destacada del blog con el título “Las variedades del francés” centrado en el centro. A ambos lados se disponen fotografías de distintos lugares del mundo en los que se habla francés (Francia, Bélgica, Costa de Marfil, etc.) como instantáneas dispuestas en un corcho. Centrado en la parte superior, el logo de Lingua Int.

Las variedades del francés

El francés es uno de los idiomas más estudiados y conocidos en todo el mundo. Históricamente ha sido lengua de la aristocracia, de la diplomacia y del amor. Sin embargo, su interés va más allá. Acompáñanos en este viaje desde los pantanos de Luisiana hasta los Alpes y desde la Edad Antigua hasta la actualidad. 

Un poco de historia

El francés, como todas las demás lenguas románicas, evolucionó a partir del latín vulgar tras la invasión del Imperio Romano, que se produjo en torno al siglo I a. C.  

No fue hasta el año 1539 cuando el rey Francisco I de Francia lo declaró lengua oficial para asuntos administrativos y judiciales en el país, reemplazando así al latín. Es esta lengua la que, tras su unificación y estandarización, ha llegado hasta nuestros días. 

No obstante, la presencia del francés va mucho más allá de los territorios del viejo continente, debido al auge de la colonización e imperialismo europeos entre los siglos XVI y XX. Es por ello por lo que, en la actualidad, el francés es una lengua muy extendida, con más de trescientos millones de hablantes en al menos tres de los cinco continentes.

En Lingua, nuestra agencia de traducción, nos encanta la cultura que rodea al francés y nos enorgullece ofrecer servicios que comprendan sus diferencias dialectales y la riqueza presente en ellas. Por ello, en este blog queremos explorar algunas de las variedades, ya sean conocidas o no, que enriquecen a la lengua francesa y la convierten en el idioma que es hoy.

Variedades del francés

El francés es originario del continente europeo, en el que encontramos variedades como:

El francés de Francia

No hay una única variedad, sino que dentro del propio país hay divisiones, entre ellas:

  • El francés «estándar». Es la variante más conocida, y la utilizada por el gobierno, los medios de comunicación y la administración francesa, entre otros. Proviene de la conocida como langue d’oil, que era el grupo de variantes septentrionales y centrales del francés antiguo.
  • El francés del sur. Es el francés que se habla en la mitad sureste del país, y al contrario que pasa con el francés estándar, esta variante es una evolución de la langue d’oc, de la que proviene el occitano, un idioma que presenta características muy similares al catalán y que ha dejado algunas expresiones características en el francés la zona. Por ejemplo, para preguntar «¿qué es eso?» dicen «qu’és aco?» en lugar de «qu’est-ce c’est?», o para decir «niño» dicen «minot» en vez de «enfant». Estos son sólo un par de ejemplos, aunque se pueden encontrar decenas. 

El francés suizo 

El francés suizo es el que se habla en la conocida como Romandía o Suiza romanda, la parte oeste del país más cercana a Francia. Es una variedad que está influenciada en algunos aspectos por el alemán, otra de las 4 lenguas oficiales del país. La característica en la que más se diferencia del francés de Francia es en el léxico, ya que presenta muchos germanismos. Ejemplos de esto último son palabras como «boiler» en lugar de «chauffe-eau» para decir «calentador de agua», o «stemp», en lugar de «tampon», que significa «sello». 

El francés belga

Es el francés que se habla en la Región de Valonia, en Bélgica. Para un hablante de francés estándar, la variedad belga puede sonar un tanto arcaica en algunos momentos debido a sus diferencias léxicas. Entre estas diferencias destaca una en particular: la manera de contar. Al igual que pasa con otras variedades de francés, como el suizo o el del Valle de Aosta (en el norte de Italia), el sistema es distinto: en lugar de decir «soixante-dix» dicen «septante» para decir «setenta»; o «nonante» en lugar de decir «quatre-vignt-dix» para decir «noventa». Además, se pueden apreciar influencias del neerlandés y de otras lenguas germánicas, como la palabra «propina», que en Francia se dice «pourboire», y en Bélgica «dringuelle», que proviene del término neerlandés «drinkgeld». 

En cuanto a las variedades que nos encontramos fuera del viejo continente podemos considerar:

El francés en Norteamérica

Es el francés que se habla en varias regiones de Canadá y en zonas de EE. UU., como el estado sureño de Luisiana, antigua colonia francesa.

En Canadá, el dialecto más hablado es el quebequense (aunque hay otros como el acadiano o el métis) y, debido a la influencia inglesa por parte de Estados Unidos y del resto del país, es una variante con muchos anglicismos, aunque se lucha para mantener las raíces francesas. Ejemplos de esto son los términos «fin de semaine» o «maïs soufflé», en lugar de decir «weekend» o «popcorn». Además, tienen un acento muy peculiar en el que se marcan más las vocales. 

En el estado de Luisiana, alrededor del 7 % de la población reconoce hablar alguna variedad de francés. A esta variedad se la conoce como francés cajún y, aunque este es el término genérico, hay muchísimas variaciones en función de la zona geográfica. En esta variedad encontramos palabras como «cabri» en lugar de «chèvre» para decir «cabra», o «partir un char» en lugar de «démarrer une voiture» para «arrancar un coche». 

El francés en África

El francés cuenta con 120 millones de hablantes en el continente africano debido al largo periodo imperialista. Hablar de las características de cada una de las variedades es imposible, así que vamos a centrarnos en una de las más extendidas, el francés de Costa de Marfil.

En Costa de Marfil el francés es utilizado por más de nueve millones de personas, y, debido al contacto con otras lenguas allí presentes (como el malinké o el baoulé) ha sufrido numerosas transformaciones. Aunque a nivel académico el francés es el mismo que el impartido en Francia, fuera de las instituciones se han creado dialectos marcados, entre los que destaca el nouchi, una variante repleta de neologismos y de préstamos de otras lenguas, tanto africanas como europeas. Ejemplos de esto último son palabras como: «chiquita», «coche», «padre» y «comprendo», o algunas provenientes del inglés como «disappear», «die», «enjoy» o «show» (desaparecer, morir, disfrutar, mostrar).  

Conclusión

El francés es una lengua con una historia fascinante. La presencia de esta lengua en lugares tan diversos la hace muy especial, ya que cada hablante y cada región hacen de ella su vida y su cultura, adaptándola a su realidad. 

En Lingua, celebramos esta riqueza del idioma y estamos comprometidos con brindarte servicios de traducción y localización que muestren la belleza presente en todas estas variedades. Así pues, si tienes un proyecto francófono, contacta con nosotros sin compromiso y te ayudaremos.

¡Descubre el francés con Lingua y comunícate sin fronteras!

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