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Equivalencias imposibles y textos legales: explorando la traducción jurídica

En nuestro mundo tan globalizado e interconectado, la traducción es una necesidad al alza que presenta gran variedad de especialidades: la ciencia, la literatura, el turismo, el comercio… Todas ellas requieren labores de traducción cada vez mayores, y con el derecho, naturalmente, no podría ser de otro modo. Cuando más interactúan las normas jurídicas de los países, la traducción de textos legales (contratos, leyes, sentencias…) exige la máxima diligencia para lograr que viajen de un idioma a otro sin perder la precisión y el sentido.

En este artículo, exploraremos el verdadero significado de una de las especialidades de traducción más tradicionales: la traducción jurídica. Descubriremos algunos de sus desafíos más interesantes, y conoceremos ejemplos reales muy relevantes.

Diferencia entre la traducción jurídica y la traducción jurada

Lo primero es lo primero. Aunque en ocasiones se utilicen como sinónimos, los conceptos de «traducción jurídica» y «traducción jurada» son en realidad distintos: aun siendo términos afines, lo cierto es que la traducción jurídica comprende la traducción de cualquier texto que tenga que ver con el derecho, mientras que una traducción jurada es una traducción oficial. Una traducción jurada es aquélla que consta de una certificación por parte de un traductor o traductora jurada, que acredite que la traducción llevada a cabo es fiel en su contenido: si bien hay muchas situaciones en las que una traducción jurídica puede ser requerida también como jurada, lo cierto es que no son mutuamente dependientes.

Para ser traductor jurídico no es preciso contar con la habilitación como traductor jurado, la cual otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores mediante un examen, pero sí lo es tener nociones profundas en derecho comparado: no basta con conocer los idiomas de origen y destino con fluidez, sino que es necesario un entendimiento profundizado del sistema legal de ambos países.

Algunos textos típicos de la traducción jurídica

Textos divulgativos

El ejemplo más sencillo de traducción jurídica es el de los textos divulgativos. Estos textos tratan de informar sobre la realidad del derecho o de distintas situaciones jurídicas y judiciales, por lo que esta modalidad sería de gran utilidad a un jurista, o un despacho, que desee tener alcance internacional.

Manuales de derecho

De manera similar, un texto de instrucción dirigido a los futuros especialistas del derecho y la abogacía puede beneficiarse de una traducción jurídica de calidad. Pensemos, sin ir más lejos, en los manuales de derecho para estudiantes en planes de estudios bilingües.

Textos legislativos

Como decíamos al principio, en el mundo globalizado, las naciones cooperan y se comunican: esto da pie a diversas situaciones en las que se requiere la traducción de la legislación de un país a la lengua de otro. Encontramos un ejemplo de cooperación internacional (como ya vimos en este artículo) de este tipo en toda la documentación oficial de la Unión Europea, pues ésta cumple con una serie de protocolos cabales que aseguran que todo ciudadano de un estado miembro pueda tener acceso a esta documentación en su lengua nativa.

Contratos

Cuando el idioma es una barrera para la celebración de un contrato, entra en juego la figura del traductor jurídico. Para asegurar que las partes comprenden debidamente los términos y condiciones del documento, es muy común que éste se celebre en formato bilingüe o que incluya un anexo con una traducción fiel. Éste puede ser el caso de un contrato de colaboración entre empresas de países distintos, o de deportistas de talla internacional, por ejemplo.

Sentencias

La traducción de sentencias judiciales puede ser de gran utilidad, e incluso necesidad, en diversos contextos: motivos de transparencia, de cumplimiento internacional, de revisión y apelación, seguimiento de casos mediáticos a nivel internacional… Son muchas las razones que pueden llevar a requerir la traducción de una decisión judicial, y es necesaria una buena labor por parte del traductor jurídico para que se transmita correctamente su actualidad.

Problemas traductológicos propios de la traducción jurídica

Hemos visto algunos ejemplos del tipo de documentos que componen la traducción jurídica, pero ¿qué hay de la propia traducción en sí? A continuación, veremos algunos de los problemas de traducción más comunes a la hora de traducir este tipo de textos.

Equivalencias imposibles

Como sabemos, los sistemas jurídicos son complejos. Por mucho que los profesionales de la traducción y la interpretación jurídicas los conozcan a fondo, es inevitable que haya elementos culturales sin equivalente exacto en uno u otro. Un ejemplo muy llamativo de esto lo encontramos entre los propios sistemas del derecho continental europeo, descendiente del derecho romano, y del derecho anglosajón, heredero de unos usos culturales muy distintos a este respecto. Donde en inglés hablamos de «common law», en español lo hacemos de «derecho anglosajón», una traducción que busca transmitir la semántica ante todo, es decir, el significado.

Nombres de instituciones

En una nota muy similar, las instituciones que componen los sistemas de derecho están destinadas también a ser propias de cada uno de ellos, lo que puede alzar dudas en el proceso de adaptación de una lengua a otra. Dado que los nombres de estas instituciones a menudo informan de su lugar de jurisdicción, en la mayoría de las ocasiones habrá de constar su versión original. Éste es el caso del «Queen’s Bench» en Reino Unido, que permanece inmutado en lugar de como «Banco de la Reina».

Nombres de leyes

Si, como dijimos, los textos legislativos componen un objeto de traducción fascinante, con sus títulos ocurre algo similar. Por regla general, éstos no han de modificarse a menos que ya exista una traducción oficial, luego se requiere una labor de documentación muy exigente por parte del traductor. Tanto cuando hay traducción oficial como cuando no, se suele hacer constar, además, el nombre en la lengua de origen: la mayor diferencia es que, cuando no existe esta traducción preestablecida, es costumbre ofrecer una traducción literal del nombre del documento a título informativo. El objetivo siempre es la transparencia, y la prioridad siempre es el correcto trasvase de información.

En definitiva

Como hemos podido comprobar, la traducción jurídica, aun diferenciándola de la jurada, presenta diversidad y dificultades a partes iguales. Como en cualquier otra especialidad, es de rigor que todo profesional de la traducción y la interpretación que a ella se dedique se mantenga informado y al día no sólo con las últimas novedades, sino también con las convenciones más clásicas. Tanto más conociendo la importancia de los sistemas legales en el mundo, y las consecuencias que podrían llegar a desatarse como resultado de un trabajo imperfecto.

En Lingua Int entendemos la importancia de una comunicación efectiva y clara entre diferentes idiomas y culturas. Por eso ofrecemos servicios de traducción especializada adaptada a todas tus necesidades lingüísticas, para eliminar esas barreras lingüísticas y que puedas comunicarte sin fronteras.

Si tienes un proyecto de traducción jurídica en mente, no dudes en preguntarnos, estaremos encantados de atenderte. También nos puedes encontrar en las redes sociales: LinkedIn, X, Instagram o Facebook.

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